Un paso adelante (Step up)

Duración: 1 hora 38 minutos.
Género: Drama / Musical / Romance
País: Estados Unidos
Año: 2006
Dirige: Anne Fletcher
Actúan: Channing Tatum, Jenna Dewan.

2 estrellas

Resulta demasiado fácil decidir alejarse de películas juveniles estadounidenses, sobre todo si transcurren en la las aulas e involucran amores estudiantiles, porque parecen cortadas con la misma tijera, son similares en estructura y contenido, un poco de drama, comedia y romance es suficiente, a esto basta añadirle algún protagónico de moda y la fórmula estará más que completa: éxito taquillero seguro.

En “Un paso adelante” podríamos suponer que es una cinta de ese tipo, pero sospechamos que no, ya que los protagónicos, Tatum y Dewan, no son –aún- estrellas juveniles de moda, si acaso participaron en películas incipientes un par de años atrás, y ciertamente sus actuaciones no son del todo loables, sino que les falta bastante entrenamiento dramático más que dancístico, ya que se nota que antes que actores son bailarines, y esto es un acierto para el director porque los actores que se convierten en bailarines dejan mucho que desear en la pantalla grande . Pero seguimos tomando distancia a la película. Otra cosa que nos hace suponer que es más prejuicio que realidad, es que no es ni Los Angeles ni Nueva York, sino Baltimore, lo que la hace aún más extraña en su tipo, una ciudad no tan famosa pero que resulta interesante ver otros escenarios, lo que visualmente refresca. Tampoco aparecen chistes o bromas al por mayor sino que las situaciones caen por su propio peso, sin esfuerzos obvios.

La historia es sencilla, y por ello totalmente previsible, una estudiante de danza en su examen se ve obligada a invitar como pareja de su coreografía a un prestador de servicio social que baila muy bien el rap y el hip hop en el escenario callejero.
Ahí está lo más interesante de “Un paso adelante”, la combinación de lo “popular”, representado por Tayler (Tatum), un chico que no se viste de mallas y que le faltan bastante técnicas de baile, pero por otro lado tiene la fuerza muscular y el ímpetu que Nora (Dewan) necesita y que representa lo “clásico” o las “bellas artes”, con disciplina, clases a pequeñas con deseos de ser bailarinas, maestros y clases formales en una estupenda y atractiva Escuela de Artes, donde en los pasillos te topas lo mismo por un par de negritos violinistas que con un desfile de cuadros, seguido de un grupo de bailarinas, lo que lo convierte en un ambiente propicio, un semillero de talentos donde todo puede surgir, todo es fuerte promesa.

Y precisamente con estos antecedentes inicia lo más interesante de “Un paso adelante”, dentro de la Escuela de Artes en Maryland los alumnos de danza montan sus propias coreografías y eligen sus bailarines y su música, no necesariamente clásica ni formal, es una combinación de ambas e incluso añadirle algún “diyei”, entre las flautas y los violines: Lo clásico y lo popular en una perfecta armonía.
La historia continúa dando pie a clichés de los ricos y pobres, cosa que hubiéramos probablemente pasado por alto si hubiera más números musicales antes de la esperada presentación final, pero el baile no se explota tanto.
También aparecen momentos de disturbio emocional que antes de debilitarlos les inyectarán fuerza para lograr su meta, una variante de las cintas de superación personal. Quizá disfrute de dos o tres cosillas viendo “Un paso adelante”, pero no diga que no le advertimos.