Los niños de los hombres (Children of men)

Género: Aventura / Ciencia ficción / Drama / Thriller

País: E.U.A./ Inglaterra

Año: 2006
Duración: 1 hr. 32 min.

Dirección: Alfonso Cuarón

Actúan: Clive Owen, Julianne More, Michael Caine, Claire-Hope Ashitey

3 1/2 estrellas

Alfonso Cuarón sabe aprovechar los grandes presupuestos y ofrecernos una cinta que nos pone a reflexionar sobre el mundo que le estamos dejando a las siguientes generaciones. Quizá uno de los pocos puntos en contra que carga esta cinta es que la historia se desarrolla en el año 2027 en Inglaterra, aunque en realidad tiene más semejanza con el actual Estados Unidos de América. Pese a las semejanzas entre los países: un ambiente anglosajón, un país que actualmente es primer mundo, esta extraña ubicación estorba significativamente, sobretodo cuando explora la organización social de ese futuro hoy incierto, con barreras para que “los otros”, los indocumentados no pasen esos cercos y entren a un espacio algo más seguro y con mayores y mejores oportunidades de vida: la migración como acción indiscutiblemente asociada a la historia de la especie humana.

Ahí en esa Inglaterra, en un mundo sin esperanza, donde la concepción humana no es posible y hasta el embarazo es visto como un recuerdo de infancia, hay disputas entre el gobierno y algún grupo de izquierda o de inconformes con el régimen separatista en un estado policiaco. Lo curioso aquí es que los protagonistas, los personajes que interpretan Clive Owen y Claire-Hope, una esperanza real en la cinta, sobrevivirán a pesar de ambos grupos, los cuales no aseguran su integridad ni su supervivencia. Por ello, en “Children of the Men”, la idea de que las acciones y decisiones individuales para salvar al mundo, aunque mostrado de una manera extrema en esta cinta de ciencia ficción, nos enseña que son no sólo válidas sino valiosas a más no poder y que esas acciones individuales serán las que salven a la humanidad.

En verdad da miedo ese futuro desarrollado acá por Cuarón, el exterminio de los no deseados, los campos de concentración, y ese ambiente gris y violento. Es curiosa la semejanza entre la historia de José y María, en busca de un lugar para parir, aquellos encontraron un pesebre, acá un departamento en medio de balazos y revisiones aduanales.

Clive Owen tiene un amigo incondicional de nombre Jasper, con el que desarrollará los pequeños instantes de humor que salpican este filme. Jasper es el amigo excéntrico que le da refugio en una casa campirana en medio de un aparente tranquilo bosque. Este personaje de estilo “hippie” es interpretado por el primer actor Michael Caine, quien se transforma radicalmente su aspecto, a uno más liberal y alegre, haciéndolo en los primeros minutos alguien irreconocible. Por otra parte y aunque por breve tiempo aparece Julianne Moore, interpretado una activista líder de la resistencia cuya escena más memorable es cuando ocurre un asesinato en el auto en que ella viaja, y digo memorable, ya que el director engaña nuestro proceso de comprensión cuando uno de los pasajeros frontales fallece y por algunos segundo Cuarón juega con la percepción común de los espectadores que no nos explicamos como el auto aún sigue en marcha en reversa, hasta que “agarramos la onda” y ubicamos el lugar de los pilotos en Inglaterra, que es el lado contrario de el que acá acostumbramos.

En “Los hijos de los hombres” vemos el resultado de las acciones que como humanidad estamos sentando las bases para que se concrete ese oscuro futuro, nada atractivo para nuestro descendientes.

Otras películas para ver:

Un buen año (A Good Year, E.U.A., 2006, 3 estrellas, comedia/drama). Lo más importante es disfrutar los placeres de la vida y generalmente, estos no se encuentran en una la oficina de una ciudad de concreto, mucho menos en la bolsa de valores.

Happy feet: El pingüino (Happy feet, E.U.A., 2006, 2 ½ estrellas, animación, comedia, drama familiar, aventura) Todos tenemos una cualidad especial lo que nos hace diferente a los demás. Sólo en esta cinta las danzas grupales de los pingüinos que veíamos en los documentales son consideradas como ofrecimiento a las visitas polares de la raza humana.