Confusiones de Demi

Demi, mi sobrino de siete años, el sábado veía las caricaturas del Chavo del Ocho, su primera emisión. A él le gustan tanto, como a mí y mis hermanas en su tiempo. Y ahí estaban, en la escenas y diálogos típicos Don Ramón y Doña Florinda y así por el estilo. Entonces, llega la escena en que todos, o casi todos los niños de la vecindad se juntan para jugar, se aprecia al Chavo, Kike, Popis y Ñoño. Y eso escucho hasta la cocina... -Ay, no Tita*, no ahí, mira ahí... debería de estar la Chilindrina... ay...¿por qué no sale la Chilindrina?... Ay nooo... Sí... sí debería estar ahí con ellos... jugando. Y en eso salgo de la cocina, veo su rostro confundido y frustrado porque no todos están ahí. Y le digo: -Mira, es que en la vida real la Chilindrina se peleó con el Chavo y por eso no quiso salir en la caricatura. Entonces, ya se quitó la duda y normalmente vio la caricatura. Ciertamente, el humor de estos personajes es sumamente básico, por lo tanto internacional y entendible para el México cuyo promedio de alfabetización era 3er año de primaria, creo que no ha cambiado mucho en tres décadas. Dice Roberto Gómez Bolaños que se inspiró en Charles Chaplin para algunos de sus personajes y que a su vez Matt Groening tuvo influencia de Chespirito, tanto así que alguna vez vimos correr por las calles de Springfield algún personaje de antenitas. * Tita = Apodo a la abuelita materna de nuestra familia, o sea, mi madre.