miércoles, agosto 9

Sobre las muertes en cascada.


Hoy no vi las noticias matutinas, me levanté algo tarde. Llegué al trabajo como cualquier día. Un pequeño grupo de personas se lamentaba de algo, como en otras tantas ocasiones. Preparándome para cualquier tipo de noticia sólo esperé a llegar a mi oficina, para que mi secretaria me dijera que el hermano de mi jefa había muerto. La noticia no me sorprendió, era lo que esperaba, no era para menos, por las cuestiones que a continuación describiré.

Hace como uos tres años, se organizó el tradicional brindis navideño en mi trabajo. Mi jefa es parca para hablar en este tipo de eventos, por lo que siempre cede la oportunidad de que varios lancemos en viva voz nuestros mejores deseos para el año que se aproxima. Así me tocó hablar a mí, lo cual fue fácil, siempre están las tres opciones: deseos de salud, dinero o amor. Me decidí por salud y sinceramente alcé mi copa para que todos los que ahí estaban bebiendo esa sidra tuvieran ellos y sus familias la mejor de las saludes del siguiente año. Mi jefa se me unió a este deseo diciendo "También el dinero. ¡El dinero! Muuuy importante, para eso trabajamos, para que nuestras familias vivan bien ¡ah! y amor, porsupuesto". Aun así no me senti poco ambiciosa o presumida porque tenía el amor deseado. No la pude dejar de mirar mientras decía eso. Al terminar sus palabras todos procedimos a beber. Me guardé una respuesta que sólo yo hubiera comprendido con el sentimiento que en esos momentos tenía. Y preferí responderle en silencio esto: "Prefiero el deseo de salud. Si esa salud la hubiera tenido hace unos meses, mi abuela esta Navidad la tendría a mi lado, celebrando".

Corrió el mes de enero y ¡zas! que la hija de mi jefa fallece al dar a luz. Y así inició la serie de muertes frecuentes que se hablaban en estas oficinas: dos papás de compañeras (las más cercanas a mi edad), nuestro abogado, un compañero, otra compañera, el hermano de mi jefa (sí, otra muerte en su familia), el papá de la secretaria de al lado, el hermano de un director. Eso sólo por mencionar las muertes cercanas.

Por eso, en varias ocasiones me preguntan: ¿Y ahora quién se murió? y les digo: fulano. Esa pregunta me la hicieron hace dos días y me causa picor. Las secretarias, que tienen como 30 años trabajando aquí, dicen que nunca se había sucitado tanta muerte seguida.

Y eso, a pesar de que en los siguiente brindis se prorize la salud y en ese momento mi jefa me dirija su mirada, orotgándome la razón en silencio, las muertes continuan sucitándose.

Y hoy vuelve a tomar fuerza esa racha.

Y que malo que esto siga pasando.

4 comentarios:

Miguel Lozano dijo...

La muerte es algo tan natural como la vida. A mi me sorprende mucho más que sobrevivamos tantos años. En fin.

Atte.
BadBit

Unknown dijo...

es extraño lo mismo paso cuando murio mi papa, sus hermanos fallecieron al poco tiempo... son rachas tal parece que no se van solos.. por eso hay que disfrutar dia a dia por que aun teniendo salud uno nunca sabe cuando llegara el momento de irnos. Saludos :D

..ana laura dijo...

Regularmente dicen que estas cosas nunca vienen solas... pero lo cierto es que tenemos que aprender a morir, como siempre buscamos aprender a vivir..

P.D.La muerte no llega más que una vez, pero se hace sentir en todos los momentos de la vida.

Tapiocadas dijo...

Mañana despertare diferente y disfrutare cada momento aunque todo el dia me lo pase en el trabajo.