viernes, agosto 25

Mexicali nigths: Compay Segundo no ha muerto

Continuando con la sucesión de noches musicales, y como mis gustos es muy ecléctico, compré con descuento mi boleto para ver a Compay Segundo en el Kalia.
Jamás había ido al Kalia. Mi hermano, según dice mi mamá, hasta sin boleto entra porque dicen que es un buen bailarín, aunque no me contsa y sólo le creo porque a todos en mi casa a la gran mayoría nos gusta bailar.
Kalia no es un lugar agradable, momento: sí había ido allí, pero en la prepa cuando nos levaron a conocer la fábrica de jugos Kern´s un día en que en vez de esos hermosos jugos de duraznos estaban cociendo frijoles para después enlatarlos 8porque también kern´s enlata frijoles). Y me vino a la mente este recuerdo porque el lugar sigue siendo un gran galerón de metal. Es feo. Tiene una gran pista y mesas alrededor de ella, prueba de que a los jóvenes aún les gusta bailar.
Por mi iba a pasar un amigo de Sal Luis Río Colorado, pero como le renunció en único reportero que tenía, todo el trabajo le está tocando al pobre Humberto, por lo que me llamó para disculparse. Cosa que no me digustó del todo, porque podía ir un rato a la inaguración de la exposición mi amigo entrañable Ramón García. Nadie de ahí iba a ir al bailongo. Y me tuve que retirar, a pesar de que me hubiera encantado continuar en ese flasback de mis épocas universitarias.
Llegué al Kalia y toda las 200 o 300 personas estaban muy calladas, sentadas y con la mirada fija al centro de la pista viendo los bailes cubanos previos al concierto. Me sentí mal porque no vi un sólo lugar vacío y yo era la única parada. Entonces le pregunté a la señorita de la entrada, una gorda enfundada en una blusa rosa, que si en qué parte del espectáculo estábamos y que sí habría por ahí una posibilidad de conseguir un solo asiento. Ella supongo que no entendío mi pregunta y respondío que el espectáculo ya tenía presentándose una semana y que estaban sacando sillas de los laterales.
Fui a buscar algún asiento y lo único que encontré fue un espacio libre en la barra, por lo que me aguanté y pedí mi primer cerveza.
Después, en la barra, me encontré a la simpática Elvia, otra colega y su amiga. Empezamos a platicar de algo y después fuimos a ganar pared, cual cholas de la Témoc (¡hey! ¡sí estábamos en la Témoc! Rifa 13 loco). Y hasta en la pared tuvimos que hacernos lugar: compermiso compermiso... y el muchacho que quedó al lado mío se me quedó mirando y me sonrío. ¿Te conozco? Sí, dijo él y sonrió. Resulta ser que era el prestador de servicio social del departamento de al lado. Iba solo, aunque traía dos botellas en la mano porque su amigo mesero se las invitó. Después se sintió sofocadísimo y nos nos adelantamos unos cuantos metros para no ahogarnos en esa cueva en la que nos habíamos metido.
A los pocos minutos inició un video con dos canciones muy buenas donde la orquesta Compay Segundo tocaba con orquesta filarmónica, la piel se me puso chinita. Después de un acto protocolario, salieron a tocar los esperados. Inciaron cual alguna canción buena, que nos hizo tomar el ritmo disimuladamente. Depués, y como antecedente de la canción, empezaron a hablar de Compay y que acontinuación tocarían una canción compuesta al su primer y más grande amor.... y entonces no me contuve y grite ¡Maaaaaaaaaaacuuuuusaaa! y casi lloro, pero no, porque qué vergúenza. Y entonces me dio a la vez coraje porque todavía nadie abría pista y todos continuaban viendo a la Orquesta como veían a los bailarines. Y como que todavía no encajaba en ese ambiente.
Antes de que se terminara la canción Elvia nos llevó a la barra, con engaños, porque nos dijo que íbamos a bailar, y me fui bailando por todo el pasillo. Pero pues nosotros sí le hicimos caso y bailamos en frente de la barra. Después de que más de tres personas estuvieran en la pista nos animamos a entrar. De ahí no nos sacaron.
Por fin pude experimentar lo que los comerciales de productos capilares promocionan en sus comerciales, después de que te alacias el cabello con la humedad se esponja. No recuerdo que las piernas me sudaran jamás. Y seguramente fue hace años, quizá décadas que mi pelo no se mojaba con tanto sudor. Para seguir bailando tienes que aprender a convivir con tu sudor y con el ajeno... y con la bolsa que nunca soltaste.
Esa era baile que esperaba después de mis clases de baile de salón, pero prefiero que no me haya visto mi profesor, que por ahi andaba sacando su sangre veracruzana a flote, porque se me olvidaron la mitad de los pasos y la otra mitad si los apliqué.
Mue una noche fenomenal, con mucho ambiente, mucha alegría y un baile con música en vivo de la mejor calidad.
No en balde tenfo en mi colección dos dicos de Compay y sólo uno de Miranda.
Ay, qué feliz soy.


6 comentarios:

Alejo Cava dijo...

Estimada Kamelie!
Tengo el gusto de informarte que has logrado entrar a la "La lista Pato Pascual de los 75 blogs más populares de México v1.0" con el lugar numero 64º.

¡Para conocer el resto de los resultados visitar aquí la lista!
¡Muchas felicidades!

nisel garad dijo...

a la kami le gusta bailar...con zapatos de tacon, jaja me acorde de esa cancion.

Fernando Hurtado dijo...

keremos verte bailar!!

Kamelie dijo...

Tendremos que hacer una bloggererunión bailadora, para que los que le sguste tocar algún instrumento y para los que nos gsute sacarle brillo a la pista, jeje.Con gusto.

Malu Herrera dijo...

presta los discos de compay :)

L'via dijo...

Hey! jaja no sabia que habias posteado de esa noche, memorable, en verdad muy memorable, te vi por aya a lo lejos baile y baile, y pense... "No poes la neta no ocupa silla" me da gusto que te hallas divertido, yo tambien lo hice.. aunque no Bailo, pero la musica era genial :D.. ahora nada mas nos queda Cantar...

Cuando Juanica y Chan, Chan en el mar cernian Arenaa (8)