Esta muñeca acaba de ser regalada a una niña que yo conozco. Se la regaló una secretaria muy cuidadosa que seguramente la conservó durante años. Su torso está semidesnudo y sólo una tira de encaje con un moño lo atravieza. Tiene peinado de los ochenta y una sonrisa mucho más suave que otras. Su falda es largísima, de cartón y muchísimo encaje levanta el cuerpo de plástico hasta servir de soporte. Por eso me parece chistosa. Hace mucho no veía una similar. Pareciera quinceañera. Está hecha a la idea de belleza según quién la vistió. Próximamente, les mostraré mi pequeña colección de muñecas y las breves historias que trajeron a mi cada una. Hasta entonces |
jueves, febrero 16
La muñeca de falda gigantesca
Y la culpa la tiene Kamelie a la/s 12:40 p.m.
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5 comentarios:
en el baño d mi casa hay una muñeca a la que debajo del vestido le metes el rollo de papel y el "amponea" el vestido...
Jaja, nunca había escuchado el verbo "amponear".
mi abuelita tejia vestidos para las botellas.
ke raro.
mi mama tiene una rara costumbre de coleccionar muñecas de procelana, aun asi, solo tiene 2
Ouch! esta cosa no publica los comments! BoO y Chío: sorry, ando arregalndo eso. Gracias por sus comentarios.
Sale pues.
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