viernes, marzo 14

A ver, tú que eres tan fina seguro lo tienes. Eso dijo mi compañera de trabajo cuando entró a la oficina a punto de pedirme “algo”. Me reí, porque...

  1. Me sorprendió esa impresión de “finura” que tenía de mí.
  2. No sabía qué me pediría mi compañera. En cualquier caso salgo perdiendo, vean: si decía que no tenía ese objeto (que quien sabe qué era) no sería ya fina, es decir, rompería esa cuidada imagen que tiene de mí y sería del montón (como diría mi abuela: ¡úchala!), y si lo tenía era fina, finolis, quisquillosa y especialona. Menudo dilema.

Ante esa prueba definitiva de mi exquisitez, me costó trabajo preguntarle ¿qué necesitas? Y quiero aclarar que doble trabajo, ya que generalmente ella se encarga de hacerme esa pregunta como abastecedora oficial de mi organización.

Un abrecartas, dijo. Entonces eché la carcajada, ¡no puede ser! ¡Tantos años siendo “fina” y hasta este momento me entero! Le dí el instrumento que más bien adquiere en mi escritorio la nominación de adorno, debido a que lo he utilizado poquísimas veces. Ahora no utilizamos (casi) el pegamento de adhesión incluido en el sobre sino cintas adhesivas y grapas, para lo cual existen otros instrumentos como sacagrapas y exactos.

Le entregué en su mano ese abrecartas, adquirido no hace mucho en mi bazar preferido*. Recuerdo que me gustó por su color cobre oxidado, con una débil promesa de brillo, tanto como el significado de su grabado: funcionó como objeto publicitario de un despacho de abogados a mediados del siglo pasado. Sospeché que poco lo utilizaría, pero finalmente me sedujo y terminé adquiriéndolo a cambio de una ínfima cantidad, y junto con él compré la confirmación de esa imagen de exquisita en el trabajo.

La finura es una bonita baratija de bazar.

* Otros objetos adquiridos: Un cascanueces en forma de ardilla, una revista LIFE con A. Hepburn en la portada, un poltrona infantil, un anillo de plata estilo Southwest, una caja de madera de coca cola original, un molde de galleta en forma de hoja, un adornito de hierro forjado con detalle de flores pintadas, un plato de Disney original de 1974. Y creo que todo eso habla más de mí, mucho más de lo que yo me permito decirles acá.

5 comentarios:

marsahn dijo...

sip, me refiero a los cristales graduados con anti reflejante :)

Marcos Legaspi dijo...

jajaja... no tengo idea como es un abrecartas... no soy finolis.

Fernando Hurtado dijo...

jejejje los abre cartas sinven tbm para otras cosillas en la oficina

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D.R.G. dijo...

abrecartas... en forma de espaditas pueden ser peligrosos...