El decadente (The Libertine)

Género: Comedia País: Estados Unidos de América. Año: 2004. Duración: 2hr 1 min. Dirección: Lawrence Dunmore Actúan: Johnny Depp, Samantha Morton, Paul Ritter, John Malkovich, Rosamund Pike. 3 estrellas De nueva cuenta Johny Deep ilumina la pantalla, después de tener éxito en cintas como Los piratas del Caribe, Charlie y la fábrica de Chocolate, ahora lo vemos personificando al Conde Rochester en la Inglaterra del siglo diecisiete, un personaje que tiene aptitudes para revolucionar el teatro, pero que su alcoholismo no lo deja desarrollar su talento en todo su esplendor. El decadente, llega tarde a la cartelera mexicana, tras dos años de su realización no entró en el circuito comercial que tiene buena parte de las cintas de Deep, es obvio que esta película no es lo suficientemente comercial para alcanzar una buena distribución, pero tampoco es bien ponderada en el cine de arte, esta entre dos aguas. La trama es lenta, no hay un desenvolvimiento profundo de cada uno de los personajes, es evidente la pobreza de imágenes del contexto de la época. Quizá logre salvar, en mucho, las buenísimas interpretaciones de Johnny Deep de un degenerado conde y de Samantha Morton, que interpreta a una actriz con intenciones de revindicar el lugar de la mujer en el teatro, así como el resto de los actores, que caracterizan notablemente cada uno de los personajes, como Rosamund Pike, que es la esposa de conde y cuyo rostro delata el recuerdo de que es toda una chica Bond. Quizá las admiradoras que busquen ver a un Depp divertido y guapo, pueda decepcionarles ahora, es más el Deep de From Hell que el de La fábrica de chocolate, acá posee una personalidad más complicada y libertina, un estilo de vida rebelde del artista que lo convierte en estereotipo. Vemos la decadencia de un creador por el vicio, tanto del alcohol como del sexo, hasta verlo enfermo y arruinado, lo que nos lleva a pensar en los límites de nuestras ambiciones y placeres ¿hasta dónde hay que llegar para lograr lo que en realidad queremos?. El ritmo lento hace que sea difícil la cinta, aunque por ello no deja de mantenernos siempre con el mínimo interés, suficiente para desear continuar en la butaca. Los diálogos y las frases son de buena factura, y se agradece la oportunidad de revivir el ambiente de aquellos recintos teatrales, así como algunas de sus escenas, que explican mucho el perfil del teatro hasta definirlo por países, como si fuera parte de una clase de historia del teatro. El decadente es una cinta que quizá no sea de las mejores en su tipo, pero resulta interesante cuando se escudriña en las figuras históricas más peculiares e influyentes del siglo XVII, especialmente en personajes cuya vida y muerte es el teatro.