martes, octubre 10

Crónicas de garita: No he viajado a Rocky Point


Ese día fue todo rápido. Tenía una reunión ejecutiva al día siguiente con funcionarias de la federación. Tenía que ir por una de ellas al aeropuerto. Como no sé manejar automóviles tipo estándar y aunque automáticos hubiera en mi trabajo, siempre he preferido manejar el propio, sobretodo en carretera. Así que lavé el mío, saqué todas mis cosas por aquello de que se pierda lo que traigo ahí y me lo dejaron tan lindo, que hasta se llegaba a aparecer a aquel que algún día salió de la agencia.



Sucedió la ruta trabajo-aeropuerto-hotel. Me acompañó mi novio, Gabriel, del que dos veces al año y durante tres años le he contado a esta joven funcionaria. Lástima la funcionaria no tuviera pasaporte visado, ya que nuestra siguiente parada era El centro, California, a 10 minutos de la línea internacional. Pasamos cerca de mi casa, dos cuadras aproximadamente y nos detuvimos justo en mi calle para cambiar los últimos dólares pendientes. Muy poco tiempo para regresarme por los papeles del carro.


Fila acostumbrada, quizá 30 minutos o menos. Un oficial -latinoamericano- que inicia a preguntar lo de costumbre, o eso creía:



Oficial- ¿El carro es suyo?


Yo- Sí, es mío.


O- A ver... abra la cajuelita


(Gabriel la abre y ve que no hay nada... de nada)



O- ¿Y sus papeles?



Yo- Es que lavé mi carro y...


O- (Interrumpiendo) "ES QUE... ES QUE..." Cuando dicen esas palabras... mmmm.. mal, mal...





El oficial da un vistazo a los asientos traseros y ve un folleto turístico, que tomé sin ver del hotel en que registramos a la funcionaria.



O- Así que visitó Puerto peñasco hace poco...


Yo- ¿Puerto Peñasco? (Con cara de extrañada) Noooo... (Gabriel me señala el folleto de "Rocky Point". Ach, maldita la hora que sus colorido diseño me atrajo). Es un folleto que me acaban de dar.



Oficial- A ver.. abra su cajuela.




Ya estaba harta y arrepentida de no haber desperdiciado 10 minutos para recoger los mentados papeles del carro en mi casa.



Yo- Ve, no hay N A D A. Todo lo bajé para que limpiaran el carro, junto con los papeles.


O- ¡Ahhhhh! ¿Desconfiada?


Yo- (Mientras mira fijamente al oficial) Por supuesto: hay que desconfiar D E T O D O S. ¿O no?




Y en eso el oficial no esconde esa mueca que finalmente se convirtió en sonrisa.



Y nos dejó pasar.



6 comentarios:

Bioariel dijo...

odio que nos juzguen...ABAJO LA FRONTERA!!!!!! jajajaja...
no, en serio a veces es frustrante saberte en las manos de una persona, que a veces pueden hasta humillarte y tu solo puedes quedarte callado o no nos atrevemos a decir nada...es feo...ya pues...mucho...

Fernando Hurtado dijo...

jajaj asi son varios ofeiciales..
como ke no as ido a Rocky Point? jaja, yo soy de asha...

Peny Ceraty dijo...

hahahaha que pro haberle contestado asi al migra!!!
1 estrellita para kamelie!

Kamelie dijo...

Luis: Sí he ido a Puerto peñasco, pero hace muuuucho tiempo, de niña. Algún día iré por llá nuevamente. I hope so.

Marcos Legaspi dijo...

jajaja, estaba leyendo asustado, pense que la historia terminaria peor.

sgenius dijo...

A mí me da miedo ponérmele al brinco a los de la garita. ¡Mis respetos a la srita. Kamelie!