martes, noviembre 8

Convoquemos
a ese miedo
que al tropezarlo
adquiere cierta dulzura
de imaginar
lo que no fue
de voltear para ver
otra historia

Tan distante el momento
en que lo pronunciaste
tan cercana como hoy
que continúas
diciendo mi nombre

Posibilidades infinitas
en un laberinto inacabado
cuyos caminos permanecen
construyéndose a si mismos
proponiéndose luminosos
mientras se sabe son tinieblas

No queda más
que imaginarnos
desde nuestra fotografía
que decirnos el pasado
y regresar la mirada
a tan perfecta promesa
preguntándote ahora
qué es lo que nos sigue

1 comentario:

Elizabeth Sobarzo dijo...

Se siente mas alla de la metafora, el verso alado, del fin del alma...