La ciudad de polvo de Lupita Dávila

Ayer asistí a la exposición de mi amiga Lupita Dávila. La ciudad de polvo fue otro de los proyectos emanados de la convocatoria 2002 del FOECA BC. Su proyecto, ahora culminado, consistió en una mezcla de arquitectura con creación literaria, "arquiliteratura" digamos. Lupita ensambló palabras y escribió maquetas. Lupita escribió "No escupa No sea cochino" y recomendó mover la figurina kitch de metal para leer su texto. Lupita pegó lentejuela a la Lupita del camión. Sabe manjear no un camión, sino su concepto, por eso Lupita fue la chofera de la exposición. Las manos de Lupita sudaban al cortar el listón, su primer listón. A Lupita le gustarían que la enterran a las faldas de El Centinela. Buena forma de ir prendiendo motores para festejar artísticamente los 100 años de Mexicali, la ciudad que nos sofoca o congela. ¡Chócalas cachanilla!