miércoles, enero 29

Macario y el rewind de los videorentas

Ayer, en mis horas de comida, zapeaba la tele y me detuvo Macario en el Canal 22. Lec contaré.

Alguna vez tuve un papi de gustos muy kitsch. Le encantaba comprar la moda en electrónicos, por lo tanto sus regalos eran por el estilo. Recuerdo que por el '78 o '79 mis papis hicieron una fila de alimentos para calar el horno de microondas que recién habían comprado. A un pan le pusieron a cocinar por ¡10 minutos!, jajjajja, salió hecho una sopa cuando abrieron la puertecilla. Allí aprendí que en un microondas no se meten cucharas ni platos de metal (por cierto, hace añales que no tenemos platos de metal). Después me regaló un reloj-calculadora que le apachurrabas un botoncito y/o le ponías el modo de alarma y aparecía de la pantalla Michael Jackson bailando Beat it con el pasito arrastrado. Este reloj lo llevé a presumir al colegio, casi me descubre una monja por interrumpir su clase, de no ser que me salvó mi portalápices de Disneyland conl Mickey Mause, el cual era supergrueso junto con mi mochilotota que me sirvieron para aminorar el sonido de el que todavía aún era negro.

Después de separarse mi padre de nosotros, nos regalo un vídeocasetera beta (Sí esa de gruesos casetes y más chaparritos). Recuerdo que teníamos un contrato que cubría las renta de 100 películas con una de las dos videorentas de Mexicali (todavía no se inventaba Video 2000,Videocentro ni Walmart). Había una a un costado del banco de Justo Sierra y Zaragoza: "Videorenta". La nuestra era una casa de la Reforma: la sala eran los estrenos y éxitos, la cocina estaba la acción y el terror (Haloween, Viernes 13), la recámara las infantiles y de drama, el baño (¿o clóset?) eran pelis xxx. Nos atendía una niña de mi colegio que iba un año arriba del mío, Nancy creo que se llamaba. Nancy era una niña peloncita que siempre ayudaba a poner las películas en la bolsa y colocar los papelitos en los clavitos correspondientes.

Pero antes, con la vídeocasetera, mi padre nos regaló también varias películas piratas. De estas recuerdo sólo dos. La primera era "La laguna azul" que, por cierto casi descompongo la vídeo cuando por andar censurando las escenas "fuertes" frente a 5 o 7 de mis vecinitas, porque "eso no debemos ver las niñas chiquitas". La segunda fue Macario. No importaba que fuera hecha en los cincuenta o en blanco y negro, lo importante era usar la pause, el rewind, los "no comerciales" y las demás nuevas opciones del nuevo aparatejo. Macario me enseño que hay otras historias sobre la vida/muerte, no sólo las de las monjas. Me enseñó que es más interesante ver cine que ir al catecismo, que es padrísimo que te cuenten historias de esa manera (inversímiles o no), me enseñó que hacer cine es imaginar y que imaginar es hacer cine. Ahora cada vez que veo un cúmulo de velas recuerdo a Ignacio López Tarzo conversando con La Muerte, recuerdo mi padre, la vídeo, el colegio, y mi flamita de vida.

p.d. 1-El efecto de cruz de las velas en Macario fue poniendo en la lente grasa negra. La últimas velas eran foquitos de navidad y utilizaron ventiladores para que se movieran las flamitas: los efectos especiales.
p.d. 2- Mi betapelícula Macario murió comida por la vídeo y la vídeo murió comida por Macario... y la nueva VHS.

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